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"Las pymes tienen miedo de crecer"

La dificultad para encontrar la financiación adecuada y una legislación fiscal y mercantil poco favorable condicionan el eterno handicap de las pymes catalanas: la carencia de dimensión

Para crecer al exterior hace falta una oportunidad de mercado
Para crecer al exterior hace falta una oportunidad de mercado
24 de Noviembre de 2015 - 05:30
De entre los más de tres millones de empresas que hay en España, más de la mitad son microempresas sin asalariados. Las siguen las de menos de 10 trabajadores, y sólo un 4% entran a la franja de las medianas (de entre 10 y 250 trabajadores). "Tenemos muchas empresas, pero de dimensión pequeña", evidencia Jordi Malapeira, miembro de la Comisión de Economía Financiera del Colegio de Economistas de Cataluña en una de las sesiones de la última Jornada de los Economistas.

A pesar de que la dimensión no es un factor definitivo, Malapeira advierte que "las necesidades de investigación, innovación, internacionalización o tecnología son difíciles de afrontar sin una dimensión más grande". Esta es, de hecho, una de las características endémicas de nuestras empresas.

Xavier Puig, profesor de la Universitat Pompeu Fabra, insiste con las cifras. Muestran que mientras la media de trabajadores de las pymes catalanas es de 3,5; a la Unión Europea la cifra se eleva hasta los 4,2. Por el profesor, pues, se trata de unos datos que tienen que preocupar, puesto que "hay un gran consenso que además dimensión, más capacidad competitiva".



Las dificultades para crecer
Ahora bien, como se explica esta diferencia de dimensión entre las pymes catalanas y españolas y las del resto de la Unión Europea? Por Jordi Malapeira, "la carencia de financiación ha afectado la pyme. Sin la financiación adecuada se hace difícil el crecimiento y la supervivencia a medio y largo plazo se puede poner en cuestión".

A su vez, Xavier Puig apunta también a factores culturales. "Hay de haber una voluntad de crecer. En Cataluña tenemos frases como las de 'no estirar más el brazo que la manga', o 'comer poco y pair bien'. Esto a veces nos ha hecho mucho mal". Por el profesor de Pompeu Fabra a menudo "las pymes tienen miedo de crecer, y habría que corregirlo con algo más de empujón".

Aún así, Puig apunta también varias variables que influyen en este proceso, ya sean del entorno o que dependan de la empresa. "Para crecer hace falta una oportunidad de mercado, y durante la crisis muchos la han visto a los mercados exteriores", asegura. A la vez, coincide con Malapeira que "la capacidad de crecer depende básicamente también de la capacidad de financiación". Finalmente, señala el entorno normativo. "Cada vez mejora, pero todavía tiene camino para recorrer".

Precisamente la normativa es uno de los puntos que más preocupa Emili Rousaud, director general de Factor Energía y vicepresidente de Pimec. "El marco jurídico dificulta que las pymes ganen medida. Hay mucha norma fiscal y mercantil que desincentiva su crecimiento", asegura.

Rousaud constata que "somos pymes más pequeñas y menos capitalizadas que las de Europa. Esto nos dificulta la competitividad global". Por este empresario, "su reducida dimensión tiene raíces culturales e históricas. Los catalanes a menudo no nos queremos complicar". Al fin y al cabo, destaca, "crecer por el empresario siempre comporta riesgos, y a veces pesa más el 'ya estoy bien, mejor no complicarme la vida'".

Las vías de crecimiento
"Cuando las empresas han empezado a exportar se han dado cuenta que si la cosa va bien el crecimiento que te supone es enorme", dice Xavier Puig. "Creas una inercia que te produce una demanda de crecimiento que hace falta pair y gestionar", asegura.

Un camino que, como siempre, con dinero resulta más sencillo. "El crédito, que es la sangre del sistema, ha bajado durante la crisis. Ahora, pero, vuelve la guerra del activo", pronostica Puig.

Josep Maria Desnudos, consejero del Banco Santander, asegura que "es muy difícil que hoy en día se denieguen créditos a las pymes". A su entender, "la financiación bancaria en este momento vive una situación muy buena, es muy barato". Ahora bien, advierte que "en el futuro se encarecerá porque los niveles de consumo de capitales de los bancos son altos".

Nudo reconoce que el Santander "no es el primer banco de las pymes, es el quinto". Lo justifica porque "buena parte de ellas prefieren trabajar con bancos locales".

Sea como fuere, por Josep Maria Desnudos "la respuesta que los bancos tenemos que dar a las pymes no puede ser sólo financiera, sería un error". En esta línea, programas como el Santander Advance apuestan para "relacionarnos con el mundo de las pymes. Es un partnership para apoyarlos integral e integrarnos en su crecimiento", concluye.