
El miércoles 30 de abril, víspera de un puente masivo, y con grandes dosis de suspense, se superó uno de los hitos que todo el mundo tenía marcado en el calendario en este lento y pesado tránsito de la propuesta de OPA del BBVA sobre el Banc Sabadell. Lo que ocurrió el miércoles es que, tras una larga espera, la autoridad de la competencia, la CNMC (Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia), emitió el esperado dictamen que detalla las condiciones para que los vizcaínos puedan sacar adelante la operación. Pero no fue todo tan sencillo, ya que la resolución se esperaba para el lunes, pero el apagón colosal que sufrió la península impidió que saliera la fumata del veredicto desde las dependencias de Alcalá 47.
Para añadir aún más tensión, a media tarde del miércoles el diario vasco El Correo informó que la decisión ya estaba tomada y que la CNMC había autorizado la OPA por unanimidad, incluyendo unas condiciones no especialmente difíciles de cumplir por parte del BBVA. Cuando el diario Expansión replicó la noticia y esta se hizo viral, la propia CNMC tuvo que salir al paso emitiendo un comunicado –que a día de hoy continúa publicado en su página web– en el que afirmaban que “la Sala de Competencia todavía no ha aprobado la resolución del procedimiento de control de concentraciones tramitado en el expediente C/1470/24 BBVA / BANC SABADELL”.
La resolución aún tardaría un par de horas más en hacerse pública, cuando muchos pensaban que los miembros de la comisión ya estarían de camino a Santa Pola. Al final, la fumata no fue del todo blanca, pero casi, porque, tal como adelantaba El Correo, los requisitos a cumplir –conocidos como remedies, que vendría a significar algo así como “medidas correctoras”– no son especialmente exigentes.
En esencia, lo que dice la resolución es lo siguiente:
La CNMC ha detectado riesgos en los mercados de banca minorista, tanto en servicios prestados a particulares, como a pymes y autónomos, así como en los mercados de medios de pago.
Con el fin de resolver los riesgos observados, BBVA ha presentado compromisos que han permitido autorizar la operación.
Una vez concluida la investigación, la CNMC considera que los compromisos que ha presentado BBVA son adecuados, suficientes y proporcionados para solucionar los problemas que esta concentración plantea para la competencia en los mercados afectados.
Los compromisos que el BBVA había propuesto a la autoridad y que, finalmente, han sido validados, son los siguientes:
Creación de una cuenta para “clientes vulnerables” (sea lo que sea eso).
Información a los clientes del Banc Sabadell sobre los posibles cambios de condiciones.
Mantenimiento de presencia física en determinados municipios, especialmente aquellos afectados por la falta de competencia, bajo nivel de renta o baja densidad de población. También se comprometen a mantener abiertas todas las oficinas de empresas del Banc Sabadell.
Mantenimiento de las condiciones comerciales (básicamente precios y tarifas) en los códigos postales más afectados por la falta de competencia.
Mantenimiento, con condiciones, de las líneas de crédito a pymes.
Mantenimiento de las condiciones actuales de acceso a cajeros automáticos según los acuerdos vigentes entre el Banc Sabadell y las distintas redes existentes.
No empeoramiento de las condiciones de los servicios de adquisición de operaciones de pago que pymes y autónomos tengan actualmente contratados.
En general, todos estos compromisos tendrán una duración de tres años, ampliables en dos más en todo lo que afecte al crédito a pymes y en año y medio en el ámbito de los cajeros automáticos.
Es importante saber que esta decisión de la CNMC ha sido tomada por unanimidad de sus cinco miembros, lo que deja pocos resquicios al Gobierno para frenar la operación. Y es que precisamente esta será la última fase, la política, ya que el Ministerio de Economía dispondrá ahora de dos semanas para decidir si analiza la situación con el fin de que, eventualmente, el Consejo de Ministros imponga condiciones adicionales. Lo que sabemos es que, hasta la fecha, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, se ha manifestado contrario a este proceso de concentración. Por otro lado, el principal aludido, el Banc Sabadell, se apresuró a mostrar su descontento con la decisión de la autoridad de competencia y a recordar que, con la actual ecuación de canje, la prima para los accionistas de su banco es negativa, de un -7%.
En cuanto a los protagonistas de la decisión, es público y notorio que la Sala de Competencia de la CNMC está presidida por Cani Fernández Vicién (1963), una abogada con pasado en el bufete Cuatrecasas y que también formó parte del Gabinete de Presidencia del Gobierno de España. Actúa como presidenta de sala en virtud de su cargo de presidenta de la CNMC.
Si todo esto sigue adelante, y el Banc Sabadell acaba disuelto dentro del BBVA, se podrá decir que el banco vizcaíno ha devorado en poco más de una década buena parte del mercado bancario catalán, antes muy diverso y quizá pronto en unas únicas manos que, además, son ajenas al país.