
El centro tecnológico Eurecat celebra este 2025 los 10 años de vida con el objetivo de seguir siendo “el aliado tecnológico estratégico en I+D para las pymes” catalanas. Así lo ha expresado el presidente de Eurecat, Daniel Altimiras, en un encuentro con periodistas donde se ha pasado revista de los indicadores y principales hitos que la fundación ha alcanzado durante esta década.
En estos 10 años, Eurecat ha impulsado 15.823 proyectos y servicios de innovación tecnológica, de los cuales unos 15.000 han sido con empresas y organizaciones y unos 800 dentro de consorcios catalanes, estatales o europeos. Estos proyectos han permitido al centro tecnológico acelerar la tecnología de más de 3.200 compañías “de todos los tamaños y sectores”. “Vamos a ver muchas empresas y utilizamos todos los instrumentos de financiación posibles”, ha explicado el director general de la entidad, Xavier López, quien ha mostrado la voluntad de Eurecat de llegar un paso más allá y acercarse aún más al grueso del tejido económico catalán, conformado mayoritariamente por pymes.
Los proyectos de innovación tecnológica de Eurecat pueden nacer a través de tres vías principales: como ideas surgidas dentro del mismo centro, fruto del monitoreo de las nuevas tecnologías y sus posibles aplicaciones útiles; como necesidades trasladadas por compañías externas, o bien como proyectos europeos o internacionales en que el centro actúa como coordinador de diversas entidades. Sea cual sea la fuente, y dejando de lado los encargos privados, toda idea tecnológica surgida en el centro nace con el objetivo de llegar de alguna manera a la sociedad. La metodología más empleada y buscada de entrada es la cesión de la innovación a alguna empresa en forma de licencia, y de aquí surgen las más de 230 patentes que acumula Eurecat. Pero hay ocasiones en que la tecnología es demasiado innovadora para ser explotada por otras compañías, momentos en que se explora la posibilidad de crear una nueva empresa derivada o spinoff. Así han surgido ya una decena de empresas de base tecnológica, como Air-Fi, Aracne Textile Solutions, Dipneo o Ephion Health, de las cuales Eurecat mantiene un porcentaje minoritario del accionariado y en las que participa activamente en los organismos de gobierno.
14 sedes y más de 850 profesionales
Eurecat lleva a cabo su actividad a través de las múltiples sedes corporativas que tiene repartidas por el territorio: 10 centros de investigación aplicada en Catalunya (en Amposta, Barcelona, Canet, Girona, Lleida, Manresa, Mataró, Reus, Tarragona y Vila-seca), tres sedes en otros territorios (la sede de Eurecat LATAM en Santiago de Chile, la de Málaga y la recién estrenada en Madrid) y la sede fiscal en Cerdanyola del Vallès, dentro de la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB). Cada una de ellas nace como un centro especializado en una tecnología específica (por ejemplo, Eurecat Reus acoge la Unidad de Nutrición y Salud), pero que también incorpora expertos de otras disciplinas para poder actuar como “punto de conexión” y referente tecnológico para las empresas del territorio en cuestión.
El talento especializado es otro de los puntos fuertes del centro, que hoy en día cuenta con una plantilla de más de 850 profesionales de 34 nacionalidades diferentes, de los cuales alrededor de un 25% tienen estudios de doctorado. Una apuesta clara por la “transferencia de conocimiento” que se identifica como otro de los objetivos estratégicos de la entidad de cara a la próxima década. “Queremos consolidarnos como el mejor lugar donde trabajar”, ha subrayado López.
Duplicar la inversión en infraestructuras
Eurecat cerró el año 2024 con un volumen de ingresos de más de 69 millones de euros, más del doble que el que se registró en 2015, y con un impacto económico multiplicador del 9,37 (es decir, que por cada euro invertido, genera 9,37 a la sociedad). El nuevo Plan estratégico de la entidad se muestra aún más ambicioso, y tiene el objetivo de crecer un 40% en tres años, hasta alcanzar los 100 millones de ingresos en 2027.
Paralelamente a los ingresos, Altimiras y López han destacado también la voluntad del centro a expandir las inversiones económicas en nuevas infraestructuras que permitan impulsar los proyectos de innovación tecnológica. Hasta ahora, la media se situaba en unos cuatro millones de euros anuales, y el objetivo ahora es doblar esta cifra y llegar a los ocho millones por ejercicio. La voluntad de estas inversiones es la de crear espacios que permitan hacer pruebas altamente especializadas y que vayan más allá del laboratorio y alcancen una escala preindustrial, uno de los requisitos habituales entre las empresas con que trabajan. “No queremos replicar estructuras ya existentes”, ha dejado claro López.