El futuro de las
universidades está ligado inevitablemente al impacto de la revolución digital. Algunos de los efectos de este impacto los empezamos a conocer apenas ahora y toman forma a través del acceso masivo y gratuito a cursos de formación online (
MOOC), una oferta formativa hiperfragmentada y cada vez más especializada, o de la
internacionalización de los programas académicos como respuesta a la necesidad de orientarse a una demanda global. En este contexto, y ante el altísimo nivel
de competencia, las universidades de todo el mundo tienen el reto no sólo de adaptar su portfoli y el modelo educativo sino también de transformar el modelo de operaciones y su manera de acceder al
mercado gracias a la digitalización.
La internacionalización de la oferta formativa, más allá de la proyección de las universidades en el ámbito global,
tiene que facilitar el acceso a nuevas matriculaciones a estudiantes de todo el mundo y, por lo tanto, un crecimiento en la demanda potencial que tendría que implicar una mejora en la capacidad de generación de ingresos para las universidades. Esta oportunidad, pero, está condicionada por la capacidad de desarrollar economías de escalera en los procesos de gestión de la comunicación y captación de estudiantes, y por la capacidad de trabajar con herramientas y estrategias de penetración en los mercados en condiciones de eficiencia y personalización. Y desde esta óptica el medio digital, la red, acontece el escenario estratégico para materializar la oportunidad.
Ante el reto de ampliar e internacionalizar su oferta formativa, por ejemplo de másteres, las universidades necesitan desarrollar alianzas con actores especializados que aseguren, de manera global, la gestión
centralizada de los procesos de captación y comercialización
de nuevas matrículas y que, además, lo hagan haciendo un uso intensivo del medio digital y las nuevas
tecnologías. Hacerlo así tiene que suponer, por un lado, garantizar la capacidad de generar nueva
demanda y, por otro lado, minimizar el gasto asociado a los procesos de comunicación
, matriculación e incorporación de nuevos estudiantes.
La capacidad de generación de nueva demanda a nivel internacional utilizando estrategias de impacto y captación a través del medio digital
requiere, por un lado, la profesionalización de los modelos de comunicación, penetración y posicionamiento en el mercado; por otro lado, expertesa a la hora de trasladar la oferta y hacerla pertinente; y, finalmente, especialización en los procesos de comercialización y contratación a escala masiva.

Gestionar la generación de demanda y captación en el ámbito global desde el medio digital pide método y especialización. De acuerdo con el modelo de RocaSalvatella, un proceso de comercialización
óptimo para las universidades en el nuevo contexto digital tiene que implicar:
• Capacidad de traer al
mercado una propuesta de valor adecuada, a través de los canales idóneos, uniendo la oferta académica con los segmentos objetivos.
• El uso de
estrategias de conocimiento del mercado y de técnicas de personalización para ser pertinente y efectivo ante las necesidades y el contexto de los potenciales estudiantes.
• Excelencia en el servicio, habilidad para establecer relaciones y capacidad de generación de confianza en
el medio digital.• Y, finalmente, expertesa al traducir el impacto generado y los intereses capturados en decisiones de contratación
, en matrículas, a través de procesos simples, eficaces y reproducibles a escala masiva.
Trabajar con economías de escalera tiene que contribuir a recortar el
gasto asociado a los procesos de captación y comercialización a las universidades, tiene que facilitar la eliminación de barreras como por ejemplo la adaptación de plataformas o el esfuerzo de coordinación entre universidades y tiene que permitir prescindir del esfuerzo que implica el desarrollo de nuevas capacidades o la adquisición de nuevos equipamientos. Coordinar esfuerzos en el ámbito del acceso a la demanda y la comercialización
de la mano de actores especializados tiene que permitir las
universidades un importante ahorro de costes al mismo tiempo que ganan capacidad para generar nuevos
ingresos.
Asumir el reto digital por parte de las universidades significa adaptar y especializar la oferta formativa, flexibilizar el modelo educativo, internacionalizar los programas y orientarse a un mercado mundial. Un
mercado global y con sobreoferta donde el nivel de competencia se vuelve una amenaza y dónde sólo mantendrán posiciones de privilegio las universidades que sepan encontrar alianzas estratégicas para la generación y captación de demanda y para la gestión
del ciclo de vida de los estudiantes trabara del medio digital.