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Ray Dalio, gran visionario y padre de Bridgewater

Como el Barça, Dalio es más que un gestor; es un gurú con legiones de seguidores. Sus principios de inversión se repiten constantemente en manuales de inversión

El inversor norteamericano y autor Ray Dalio | EP
El inversor norteamericano y autor Ray Dalio | EP
Roger Vinton
Escritor
29 de Agosto de 2025 - 05:30

Hace aproximadamente tres años dedicamos esta pieza a enumerar los principales alquimistas de las altas finanzas, una recopilación donde incluimos a Warren Buffett, Larry Fink, Jack Bogle, George Soros y Ray Dalio. Teníamos claro que este último se merecía que nos detuviéramos y habláramos con más detalle, no en vano es el gurú más influyente del mundo en este terreno de las inversiones.

 

La afición de Raymond Thomas Dalio (Nueva York, 1949) por las finanzas se manifestó ya en su infancia, cuando comenzó a llevar a cabo algunas operaciones modestas con sus ahorros, probablemente siguiendo las indicaciones de los golfistas a los que hacía de caddy en el Links Golf Club de la ciudad. En las biografías de Dalio a menudo se dice que su padre era músico de jazz, pero lo que no es tan conocido es que uno de los locales donde este músico trabajaba era el mítico Copacabana de Manhattan, el mismo del que habla Barry Manilow en una de sus canciones más conocidas. El progenitor, Marino Dall’olio, había nacido en Italia, pero su familia emigró a Estados Unidos cuando él solo tenía tres años.

Como hemos dicho antes, la influencia de grandes personajes de Wall Street que iban a jugar al golf en el Links le empujó a invertir en acciones cotizadas en bolsa los pocos dólares que había podido recoger a una edad tan temprana. Su primera elección fue la Northeast Airlines, una compañía aérea ubicada en Boston fundada en 1931. La inversión la hizo justo antes de que Howard Hughes, el magnate de la aviación, se interesara también por la compañía. El resultado fue que el valor de las acciones se triplicó en muy poco tiempo.

 

Con el paso de los años añadió rigor científico a su afición, porque cuando entró en la universidad estudió precisamente finanzas, materia en la que se licenció. Como no podía ser de otra manera, con el título bajo el brazo comenzó a trabajar en la bolsa de Nueva York, donde pudo probar de manera profesional la adrenalina de los derivados, una aspiración desde su adolescencia.

En 1975, Dalio fundó Bridgewater Associates, un vehículo inversor que en el futuro sería el 'hedge fund' más importante del mundo

Después de trabajar no mucho tiempo para terceros dentro del mundo de los mercados, en 1975 dio el paso que lo convertiría en un mito de las finanzas, porque creó el fondo Bridgewater Associates, un vehículo inversor que en el futuro sería el hedge fund más importante del mundo. La denominación procedía de un antiguo club de bolsa que había montado con los compañeros de curso mientras hacía el máster en Harvard.

El concepto anglosajón de hedge fund a menudo se traduce en nuestra lengua como fondo de cobertura, cosa que solo es una traducción literal y que hoy en día no tiene mucho sentido. Este tipo de fondos se basan en la libertad del gestor, en la no sumisión al esquema renta fija-renta variable que tienen los fondos convencionales y en el uso de estructuras complejas, normalmente diseñadas a partir de la aplicación de productos derivados, como los futuros o las opciones. Los grados de endeudamiento y de concentración de activos también suelen ser muy diferentes de los de los fondos convencionales.

Por experiencia, los hedge funds acaban buscando rentabilidades por encima del mercado, lo que algunas veces desemboca en el hecho de que hagan quiebras estrepitosas, como fue el caso del Long-Term Capital Management LP, creado por el legendario John Meriwether, que en 1998 generó pérdidas de 4.600 millones y se vio obligado a cerrar la operativa. En todo caso, resultaría recomendable que los traductores de manuales dejaran de emplear el término de fondo de cobertura y comenzaran a utilizar otros, como por ejemplo fondo de inversión libre, si es que quieren traducir el término original.

La obsesión de Dalio por la transparencia en los procesos ha sido siempre uno de los vectores que ha hecho funcionar Bridgewater, junto con un sentido singular de la meritocracia según el cual las buenas ideas deben abrirse paso y acabar imponiéndose, vengan de donde vengan. Desde el punto de vista técnico, el estudio de la macroeconomía es también una de las bases de su estilo de gestión.

Hoy en día, Bridgewater es considerada la primera entidad del mundo en gestión de hedge funds, con unos activos en cartera cercanos a los 137.000 millones de dólares

Entre finales de los noventa y comienzos del siglo XXI el fondo acumuló premios y distinciones, pero su gran éxito llegó con la crisis financiera iniciada en 2008; mientras la mayoría de gestores vieron hundirse las rentabilidades de sus vehículos inversores, Dalio olfateó un exceso de apalancamiento y mutó sus posiciones hacia la deuda y el oro, lo que le permitió digerir la crisis con cierta comodidad. Hoy en día, Bridgewater es considerada la primera entidad del mundo en gestión de hedge funds, con unos activos en cartera cercanos a los 137.000 millones de dólares.

Pero, como el Barça, Dalio es más que un gestor. Es un gurú con legiones de seguidores. Sus principios de inversión y de vida se repiten constantemente en manuales de inversión y en los muchos libros que hay sobre su figura. Estos principios van más allá de la simple inversión y entran en los terrenos de la vida personal, familiar y social. A partir de conocer la psicología y los sesgos de las personas, Dalio diseña todo un sistema de toma de decisiones y de enfoque vital. Para él, una de las claves es saber comprender la realidad en toda su plenitud, un concepto vinculado a su obsesión por la transparencia y la verdad. Los libros con su filosofía han sido sistemáticamente éxitos de ventas.

En otoño de 2022, con 73 años, Dalio se retiró de la primera línea de los negocios y transfirió todo el poder al resto de compañeros del consejo de administración. Hoy en día se le calcula una fortuna de 14.000 millones de dólares.