
Esta semana ha sido la enésima semana decisiva en la carrera del BBVA para conseguir poner en marcha la OPA sobre el Banc Sabadell, pero pocos días antes surgió una novedad que no estaba en el guion. El 16 de junio pasado, el Financial Times anunció que el Sabadell exploraba la venta de su filial británica, el TSB, una entidad que adquirió en el año 2015 por 1.700 millones de libras esterlinas y que le trajo incontables problemas en el proceso de integración.
A lo largo de estos últimos días han aparecido muchas opiniones sobre la conveniencia y la viabilidad de la operación, pero parece que la obligación de pasividad que impone la OPA es compatible con el hecho de que el banco catalán reciba ofertas y acabe aceptando la que le parezca más adecuada. La opinión más contundente ha sido la del presidente del BBVA, Carlos Torres Vila, que ha llegado a manifestar que si el Sabadell vende su filial británica, ellos podrían desistir de presentar la OPA.
Como hemos dicho, la compra del TSB por parte de los vallesanos se produjo en 2015, pero vino precedida por un preámbulo como fue la compra de la filial española de otro banco británico, el Lloyds Bank, en 2013. Por cierto, hay que evitar confundir esta entidad con el sindicato asegurador homónimo, Lloyd’s, que no es propiamente una empresa, sino todo un mercado de suscripción de riesgos que tiene su sede en Londres y que fue fundado por Edward Lloyd a finales del siglo XVII.
La compra de la entidad inglesa se realizó con acciones del Sabadell, de manera que Lloyds pasó a ser temporalmente accionista del banco catalán. La entrada de los vallesanos no fue bien recibida por los clientes, que estaban acostumbrados a recibir servicios homologables a los de la banca privada y de repente se encontraron atendidos por personal del Sabadell en oficinas convencionales.
Decíamos que la compra de la rama española de Lloyds Bank tenía cierta conexión con la posterior de TSB, y la razón hay que buscarla en el hecho de que en 1995 las dos entidades, Lloyds y TSB, se habían fusionado en una sola, bajo el control de la primera de ellas. El acuerdo duró hasta los momentos más complicados de la crisis financiera, porque en 2013 y a causa de las ayudas públicas recibidas, el grupo volvió a escindir la marca TSB, que continuó su trayectoria desvinculada de Lloyds. Dos años más tarde, el Sabadell lo compró.
La absorción del TSB trajo muchos problemas al Banco Sabadell, y es que la integración de los sistemas informáticos derivó en un verdadero caos en el año 2018
Esta entidad es aquello que los británicos llaman un high street bank, es decir, una entidad con vocación minorista y oficinas a pie de calle en el centro de las ciudades. Antes hemos comentado que la absorción de la entidad trajo muchos problemas para la gente de Josep Oliu, y es que la integración de los sistemas informáticos derivó en un verdadero caos, que comenzó el 20 de abril de 2018 con la pérdida repentina de los servicios de banca online para un gran número de clientes del Reino Unido. Adicionalmente, se reportaron casos de clientes que podían ver toda la información bancaria de otros usuarios.
Los problemas duraron semanas y los dos cabezas visibles del TSB, Richard Meddings (presidente) y Paul Pester (consejero delegado), tuvieron que pedir disculpas ante los diputados del parlamento británico y también del Comité del Tesoro. Además, el segundo de ellos perdió el bonus que tenía asignado por la migración informática. El desorden fue de tal magnitud que los sobrecostes vinculados a la reparación del proceso hicieron entrar el TSB en números rojos.
Dos siglos de cambios
Fuera de cuestiones informáticas, lo cierto es que la historia de TSB es realmente larga, porque comenzó en 1810 bajo la denominación de Trustee Savings Bank, o sea, con cierta filosofía de caja de ahorros, pero con algunas particularidades, como la designación de los ejecutivos que la gestionaban, que eran considerados trustees (unos apoderados voluntarios sin relación con los impositores). La creación de la entidad tenía cierto carácter religioso y servía como vehículo de ahorro de las parroquias más pobres de la localidad escocesa donde fue fundada, Dumfries.
El ejemplo de este primer trustee fue seguido por otras localidades que crearon su propia entidad. Todas ellas funcionaron de manera independiente hasta que en 1970 se unieron bajo la forma de sociedad limitada, TSB Group plc, y comenzó a cotizar en la bolsa de Londres. Más tarde, en 1995, llegó la fusión ya comentada con Lloyds Bank.
Volviendo a la posible venta de la filial del Sabadell, hay que saber que de momento las compañías que han mostrado interés son Barclays, Santander Reino Unido, HSBC y NatWest (anteriormente National Westminster Bank). Curiosamente, este último ya hizo negocios con los vallesanos en la década de los noventa, cuando le vendieron su rama española. En 1996 el Sabadell adquirió el 80% de NatWest en España, que incluía una pequeña entidad del norte de la Península llamada Banco de Asturias. Con la absorción se creó una nueva enseña que llevaba por nombre Solbank. Dos años más tarde, en 1998, los vallesanos compraron el 20% restante del capital de la entidad británica. Finalmente, la marca Solbank desapareció y la red quedó totalmente integrada a la del Sabadell.