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La prima de la OPA BBVA - Sabadell: un Dragon Khan bursátil

La OPA se percibe hoy como una operación con prima implícita casi neutral, alto riesgo regulatorio y valoraciones que favorecen al objetivo más que al comprador

El BBVA presentó una OPA hostil para absorber el Banc Sabadell en 2024| VIA Empresa
El BBVA presentó una OPA hostil para absorber el Banc Sabadell en 2024| VIA Empresa
Santiago Tiana | VIA Empresa
Consultor sénior independiente de estrategia y operaciones
30 de Septiembre de 2025 - 05:30

Las operaciones corporativas suelen presentarse como procesos ordenados: una oferta, una prima atractiva y un calendario definido. Pero los mercados rara vez se comportan de forma lineal. La OPA lanzada por el BBVA sobre el Banc Sabadell lo demuestra: el 29 de abril de 2024, día de su presentación, la propuesta llegó a implicar una prima máxima del 29,88% para los accionistas del Sabadell. Sin embargo, al cierre de ese mismo mes, dato que utilizamos como referencia homogénea en este análisis, la prima ya se situaba en el 17,30%. 17 meses después, esa misma prima había caído hasta el −14,50%. Hoy apenas se mueve en torno al 2%, tras la mejora del 10% anunciada por BBVA en septiembre. Un recorrido de vértigo, más propio del Dragon Khan de PortAventura que de una operación corporativa.

 

Qué es la prima de control

Cuando una empresa lanza una OPA sobre otra, no se limita a pagar lo que valen las acciones en el mercado. Lo habitual es que, además de ese precio, ofrezca un sobrecoste conocido como prima de control: un incentivo adicional para compensar a los accionistas por ceder el mando de la compañía. En teoría, esa prima debería ser estable y reflejar el atractivo de la operación. En la práctica, como muestra el caso de BBVA y Sabadell, su comportamiento ha estado lejos de esa estabilidad, convirtiéndose en una auténtica montaña rusa para los inversores.

Para entender este recorrido conviene separar las piezas. Primero, observar cómo ha evolucionado la acción del BBVA, desde los 10,18 euros de finales de abril de 2024 hasta los máximos de 16,48 euros alcanzados en agosto de 2025. Después, seguir la trayectoria del Sabadell, que en el mismo periodo ha pasado de 1,80 a 3,34 euros. Solo entonces se puede analizar la prima de la OPA, el verdadero hilo conductor de esta historia: un indicador que ha pasado del entusiasmo inicial a volverse negativo y que hoy apenas se sostiene en terreno positivo.

 

La evolución del BBVA: de los diez a los 16 euros

El primer gran salto llegó en abril de 2024, cuando se anunció la OPA sobre el Sabadell. La acción del BBVA cerró ese mes en 10,18 euros. La explicación es sencilla: cada vez que un gran banco anuncia una operación de este calibre, el mercado anticipa sin demora los potenciales beneficios de la integración.

El verano de 2024 trajo una etapa de estabilización. El título se movió en la franja de 8,62 a 10,20 euros, reflejando un periodo de espera. Fue el momento en que el mercado empezó a digerir las primeras reservas del gobierno español, que dejó claro que no vería con buenos ojos una operación que redujese la competencia en el sistema financiero. A ello se sumaban las incógnitas sobre la aprobación de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) y la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV).

Evolución precio de la acción de BBVA y Banc Sabadell
Evolución del precio de la acción del BBVA y Banc Sabadell desde el 29 de abril de 2024 | Santiago Tiana

La tendencia cambió a finales de 2024 y principios de 2025. El BBVA presentó unos resultados semestrales muy sólidos, con un beneficio superior a los 4.600 millones de euros en la primera mitad del año, un 30% más que en el ejercicio anterior. Esa fortaleza en las cuentas se tradujo en una escalada progresiva: la acción cerró enero de 2025 en 11,05 euros y dio un nuevo salto en febrero hasta 12,83 euros.

En la primavera y el verano de 2025, el BBVA volvió a ganar tracción. La acción fue superando barreras, apoyada en un contexto de tipos de interés todavía elevados y en la inercia de unos resultados que seguían sorprendiendo al alza. A ello se sumó la presentación de su nuevo plan estratégico, en el que la entidad se marcaba como objetivo elevar la rentabilidad sobre recursos propios por encima del 15%, reforzar su posición en mercados clave como México y Turquía y mejorar la retribución al accionista mediante dividendos y recompras. Este cóctel de presente y futuro llevó la cotización a romper la zona de los 14 euros y alcanzar los 15,49 euros en agosto. Poco después, en septiembre, llegaba un nuevo catalizador: la entidad anunció una mejora del 10% en la oferta de la OPA, eliminando además la parte en efectivo para reducir el coste fiscal a los accionistas minoritarios. En ese contexto, el título rozó un nuevo máximo de 16,48 euros el 15 de agosto de 2025.

En apenas diecisiete meses, el BBVA había revalorizado su acción un 61%, consolidando su fortaleza bursátil.

La evolución del Sabadell: de menos de dos a más de tres euros

El anuncio de la OPA en abril de 2024 fue el primer gran catalizador. La acción cerró ese mes en 1,80 euros, reflejando la expectativa de que el mercado ya no valoraba al Sabadell solo por sus resultados, sino también por la posibilidad de ser absorbido en condiciones favorables. En esos días la prima llegó a situarse en el 29,88%, su máximo en todo el proceso.

El verano de 2024 trajo continuidad, pero sin grandes sobresaltos: el título se movió en la franja de 1,71 a 2,04 euros. La cautela dominaba entre los inversores.

Mientras el BBVA se ha revalorizado un 51% desde el inicio de la OPA, el Sabadell lo ha hecho un 92%

La situación cambió a finales de 2024 y principios de 2025. El Sabadell también presentó unos resultados semestrales muy sólidos, con un beneficio superior a los 975 millones de euros, un 23% más que en el mismo periodo del año anterior, y un ROTE que rozaba el 14,5%. Estos números despejaron dudas sobre su capacidad de crecer en solitario y llevaron la acción a cerrar febrero de 2025 en 2,66 euros.

En la primavera y el verano de 2025, el Sabadell aceleró todavía más. La acción superó los 3 euros en junio y alcanzó los 3,34 euros a finales de septiembre. La fortaleza de este rally se aprecia con mayor claridad en base 100: tomando abril de 2024 como referencia, el Sabadell llegó a un índice de 192,1 frente al 151,1 del BBVA. Es decir, mientras el BBVA se revalorizaba un 51% en el periodo, el Sabadell lo hacía un 92%.

En apenas diecisiete meses, la acción del Sabadell pasó de 1,80 a 3,34 euros. Un desempeño que refleja no solo la operación corporativa en marcha, sino también unos resultados propios que convencieron al mercado.

La correlación entre BBVA y Sabadell

A lo largo de estos diecisiete meses, las cotizaciones de BBVA y Sabadell han mostrado un patrón de vasos comunicantes. En muchos momentos se han movido en la misma dirección, reflejando el buen ciclo del sector bancario en su conjunto.

Evolución de la prima con la OPA
Evolución de la prima de la OPA | Santiago Tiana

Pero más allá de esa sincronía, hubo momentos de divergencia clara. El caso más evidente fue en la primavera y el verano de 2025. Mientras el BBVA escalaba apoyado en su plan estratégico y en la expectativa de mejora de la OPA, el Sabadell lo hacía a mayor velocidad gracias a la fortaleza de sus propios resultados y a la creciente percepción de que podía continuar en solitario. Esa diferencia de ritmos explica que la prima de la operación llegara a volverse negativa.

La lectura de los inversores era clara: no veían a los dos bancos como simples reflejos uno del otro. El BBVA representaba la estabilidad de un gigante internacional; el Sabadell, en cambio, una apuesta más arriesgada, pero con mayor recorrido potencial.

La prima de la OPA: un Dragon Khan bursátil

El 29 de abril de 2024, día del anuncio de la operación, la prima alcanzó su máximo histórico en el 29,88%. Sin embargo, al cierre de ese mes ya se había reducido hasta el 17,30%. Esa diferencia refleja bien la reacción del mercado: entusiasmo inicial seguido de una rápida corrección.

Durante el verano de 2024, la prima empezó a desinflarse hasta un rango de 1,5–8,6%, presionada por las reticencias del gobierno español y la incertidumbre regulatoria.

A finales de 2024 y principios de 2025, la prima se evaporó: en enero llegó incluso a situarse en −3,65% (a fecha 28 de enero). Con unos resultados tan sólidos en el Sabadell, la oferta del BBVA dejaba de ser convincente.

El recorrido de la prima —del 29,88% al −14,50%, y de ahí a un escueto 2%— es el mejor reflejo de la montaña rusa que ha supuesto esta OPA

El punto de inflexión se produjo en la primavera y el verano de 2025: la prima entró en terreno negativo y alcanzó el −14,50% en julio. Era la señal más clara de que el mercado valoraba más la evolución independiente del Sabadell que la ecuación de canje del BBVA.

En septiembre de 2025, el BBVA reaccionó con una mejora del 10% en su propuesta, eliminando además la parte en efectivo para facilitar el tratamiento fiscal. Ese ajuste permitió recuperar algo de atractivo: la prima volvió en torno al 2%, aunque muy lejos del nivel inicial.

El recorrido de la prima en estos diecisiete meses —del 29,88% al −14,50%, y de ahí a un escueto 2%— es el mejor reflejo de la montaña rusa que ha supuesto esta OPA.

Conclusiones: la lectura del mercado

La acción del BBVA ha mostrado un comportamiento sólido, apoyado en unos fundamentales potentes y en la expectativa de la OPA.

El Sabadell, por su parte, ha tenido un desempeño aún más notable: casi duplicando su valor desde abril de 2024 y mostrando que puede generar valor en solitario.

La prima ha pasado del entusiasmo inicial al escepticismo: de +29,88% a −14,50%, y de ahí a un discreto +2% tras la mejora.

La OPA del BBVA ha perdido gran parte de su atractivo inicial: la prima se ha diluido, el riesgo regulatorio persiste y la ecuación de canje apenas aporta valor adicional

Desde una óptica estrictamente de mercado, la OPA se percibe hoy como una operación con prima implícita casi neutral, riesgo regulatorio elevado y valoraciones que favorecen claramente al objetivo más que al comprador.

El mercado ha hablado con claridad: la acción del Sabadell ha demostrado una trayectoria de crecimiento autónoma, respaldada por unos fundamentales sólidos y un plan estratégico que ya ha empezado a dar frutos. Frente a eso, la OPA del BBVA ha perdido gran parte de su atractivo inicial: la prima se ha diluido, el riesgo regulatorio persiste y la ecuación de canje apenas aporta valor adicional.

Como analista, la conclusión es sencilla: el Sabadell tiene recorrido propio y capacidad de generar alfa en solitario. Y como opinión personal, lo expreso sin matices: esta operación no aporta ventajas claras para los accionistas del Sabadell, y sí supone renunciar a un proyecto que ha probado que puede competir con éxito. Creo que el camino del banco catalán no está en ser absorbido, sino en seguir construyendo sobre los cimientos de eficiencia, solvencia y rentabilidad que ya ha consolidado.