
Después de diecisiete meses, solo el 25,47% de los cerca de 195.000 accionistas del Banc Sabadell decidió aceptar la OPA hostil del BBVA. Es el recuento definitivo que ha confirmado la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) este jueves por la noche. A priori, el desenlace público estaba previsto para el viernes, pero la entidad vasca ha decidido adelantarlo un día, una vez le han informado del inesperado y doloroso resultado del período de aceptación.
Este menos del 26% de aceptación ha sido un "fracaso total" del BBVA. Así de rotundos se han mostrado los analistas consultados por VIA Empresa al conocer el resultado final del periodo de aceptación. Ha sido un trance de un mes, en el que las declaraciones cruzadas y las campañas de marketing -muy presentes durante toda la operación- se han intensificado con más fuerza que nunca desde los dos bandos. Cada día, las cúpulas de un banco y otro recalculaban sus proyecciones, espoleadas por las escasas actualizaciones que ofrecía el mercado.
"Ha sido una operación mal planteada desde el primer momento hasta el último", explica Jaume Puig, CEO y CIO de GVC Gaesco Gestión. Aparte de su experiencia, la suya no es una valoración cualquiera; Puig dirige un fondo de gestión activa, precisamente la tipología de inversor institucional decisiva en esta operación. Han sido compañías como la suya las que han declinado la balanza a favor del lado catalán. "Un accionista del Banc Sabadell debería ser conocedor de que el BBVA debería mejorar la oferta alrededor de un 32,5% para que le fuera atractiva", escribió el experto en este diario el pasado 8 de septiembre, justamente el día en que se abrió el período de aceptación.
Al final, el incremento que demandaba el mercado -con una prima de control volteada al -7%- y que tanto negaba el presidente del BBVA, Carlos Torres, se produjo dos semanas más tarde, en pleno ecuador del plazo de canje. Sin embargo, se quedó muy lejos de las exigencias de los inversores. La mejora del 10% situó la prima a un +3%; si bien volvió al signo positivo por primera vez desde finales de enero, todavía estaba lejos de convencer unánimemente a los mercados. "La OPA no ha salido porque el precio no ha sido suficiente", recalcan a VIA Empresa fuentes del sector.
Hasta la pasada noche, el BBVA solo tenía amarrado oficialmente poco más de un 5% de aceptación: el 3,86% del empresario mexicano David Martínez, el 1,1% de los minoristas clientes del Sabadell, el 0,5% de fondos activos de BlackRock -sobre una participación del 7,376%- o el 0,05% de Algebris. Por otro lado, el 29,7% de los minoristas con acciones depositadas en el banco decidieron no acudir, ni tampoco Zurich, con el 4,947% de su participación. En total, casi un 35% de objeciones aseguradas. El resto fue pura especulación que no se ha concretado hasta ahora. Aunque el BBVA confiaba en superar el 50,1% necesario para controlar el banco en esta ventana de intercambio, ni siquiera se ha acercado al 30% mínimo para mantener viva la operación, a través de una segunda OPA de exclusión.
Un futuro de beneficios... en solitario
El final de la OPA ha dejado un regusto agridulce en La Vela. "Mirando al futuro, nuestro plan estratégico 2025-2028 nos mantendrá a la cabeza de la banca europea en crecimiento", ha defendido un sonriente Torres, en el vídeo en el que confirmaba los resultados. El BBVA quiere pasar página rápidamente y retomar "de manera inmediata" su atractivo plan de retribución al accionista, con un programa de recompra de hasta 1.000 millones y un dividendo a cuenta de 0,32 euros, el más importante de la historia de la entidad. "Torres nunca reconocerá el error para defender la acción del BBVA; si yo fuera accionista, o iría contra él o vendería", señala una fuente del sector, quien cree que el presidente del grupo vasco ha "perjudicado" a los inversores del BBVA tras un segundo intento frustrado de comprar el Sabadell.
Sin embargo, el mercado lo estudia de otra manera. Xavier Fàbregas, director de finanzas corporativas de ALS Value, espera un "rebote positivo" de los títulos vascos. "Han liberado la incertidumbre de la operación y han recuperado capital que podrán destinar rápidamente a sus accionistas", comenta. Esto explica el previsible repunte que Puig también estima "sobre el papel" durante las siguientes jornadas bursátiles. De momento, la única referencia ha sido el aumento del 6,68% de las acciones del BBVA en Wall Street tras la noticia, lo que confirmaría los pronósticos.

La otra cara de la moneda es el Sabadell. Durante el periodo de aceptación, el BBVA advirtió continuamente que no aceptar la OPA provocaría una caída de la acción del banco catalán. A juicio de Torres, el atractivo de la operación ha apreciado los títulos sabadellenses. Sin embargo, el consejero delegado de la entidad vallesana, César González-Bueno, ha reiterado que el Sabadell no dispone de una gran cantidad de arbitrajistas, es decir, de accionistas que invirtieron dinero en el banco solo para especular con la supuesta revalorización provocada por la OPA.
Los analistas, sin embargo, no lo tienen claro. "La cotización del Sabadell probablemente tendrá una reacción mixta o negativa transitoria", repasa Fàbregas. El experto apuesta a que el mercado valore "positivamente" la independencia de la entidad, aunque no descarta una corrección a la baja del precio a corto plazo. En cambio, Puig lo ve con más optimismo. "Si la OPA se hubiera expresado en metálico, entendería este fenómeno, pero la realidad es que el Sabadell vale mucho más de lo que cotiza hoy", afirma. Además, el director general de GVC Gaesco Gestión recuerda que la tendencia del sector bancario continúa aún al alza, impulsada por los "grandes beneficios".
González-Bueno defiende que el Sabadell "no tiene muchos arbitrajistas", pero los analistas no se ponen de acuerdo respecto a la previsión del comportamiento de la acción del banco
Ambos coinciden en este último punto, pero discrepan en la tasación: de los 3,229 euros con los que cerró el Sabadell la jornada de este jueves, Puig sitúa el precio objetivo cerca de los 4 euros, mientras que Fàbregas coloca el rango en los 3,50 euros.
Otra fuente del sector financiero defiende que, tras el desenlace sorprendente que se ha vivido, "no tiene por qué" producirse el comportamiento más lógico. En su caso, también es optimista con respecto a la evolución de los títulos del banco catalán en el futuro. Y advierte: "Si el Sabadell cae este viernes, compraré acciones".
El núcleo duro, una vía a explorar
Tras el intento fallido, el BBVA no podrá volver a presentar una OPA sobre el Sabadell hasta dentro de seis meses. Así lo recoge la Ley de OPA española, que establece el inicio del plazo desde el cierre del período de aceptación. En este caso, el 10 de octubre.
Aunque González-Bueno no espera más operaciones de este estilo ni con su banco ni en el entorno financiero español, Puig recomienda "trabajar ya" un escudo en forma de núcleo de control. "Pueden participar family offices, pero para que sea sólido, debería ser con institucionales", subraya, aunque descarta que el BBVA vuelva a intentar la adquisición en el futuro más inmediato.

Fàbregas deja caer un nombre: el del Banco Santander. "Ya han demostrado entendimiento con el Sabadell con la compra del TSB", argumenta. Aun así, el analista recuerda los 6.300 millones de euros en dividendos como gran incentivo para mantenerse como accionista de la entidad, sin tener que recurrir a grandes actores.
Algunos minoritarios piensan como él. Un ejemplo es Jordi Casas, presidente de la Asociación de Accionistas Minoritarios del Banco Sabadell, que tilda de "serio" el capital social vallesano: "Ha quedado claro que es imposible que un banco español pueda absorber el Sabadell por la oposición que provocaría", apunta a VIA Empresa.
Si bien Casas no descarta la entrada de nuevos inversores de peso, discrepa con la tesis de que la OPA haya fracasado por razones estrictamente económicas. "El rechazo social se corresponde a la fidelidad que tiene el banco con las empresas de los accionistas. No es un problema de dinero", asevera. Precisamente, este vínculo emocional es el motivo por el cual celebra que los minoritarios se queden "masivamente" dentro del banco, sin desmerecer el "gran papel" de los fondos.
La semana pasada, González-Bueno también resaltó la "rareza" del accionariado sabadellense, a la vez que sostuvo que no era "imprescindible" reforzar el capital con una sindicatura o nuevos aliados institucionales. Todo ello, sin embargo, queda sujeto a revisión en esta nueva etapa que el Sabadell comienza hoy en solitario y ya libre de cualquier sombra de OPA.